“Y el hombre caminó erguido” es un webblog que intenta ser una extensión de quien lo crea, un grito a la imaginación, a la sensibilidad.    
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sábado, 5 de julio de 2008

Ir al Lidl a por leche

Miro hacia abajo y solo puedo ver un sin fin de burbujas de aire que me rodean y me atrapan. La luz antes verde va palideciendo hasta ser blanca. Suelto todo el peso de mi cinturón al mismo tiempo que doy dos fuertes patadas en dirección a la superficie. El torbellino de agua me golpea contra si mismo y me empuja hacia abajo. Noto como mi estomago cruje debido a las ondas subsónicas del movimiento de tierra que esta sucediendo bajo mis pies. Aprieto los dientes aferrando con todas mis fuerzas el respirador; si lo pierdo todo habrá acabado. En un golpe debido a la fuerza centrifuga del remolino escapo de su poder. Tengo que alejarme rápidamente o volveré a quedar enganchado. Consigo alejarme unos metros y ya veo la superficie, pero justo entonces noto como algo me frena y tira de mí hacia abajo. No quiero mirar atrás…

Con un brusco movimiento levanto mi cabeza de la almohada. Aún es de noche. El display rojo del reloj de la mesilla muestra las 5,30 horas. Estoy sudando. Solo se escucha el silencio. Por fin había conseguido dormir después de pasar tantas horas en vela y ahora una maldita pesadilla me saca de mi fase REM.

Creo que voy a tener que cambiar el libro que tengo entre manos y que devoro todas las noches antes de acostarme desde hace una semana. Por si tengo pocas cosas en que pensar ya solo me falta ser un personaje más y reescribir la novela. Aunque en el libro anterior casi fue peor. Vi un reflejo exacto de la mujer que intento olvidar desde hace meses, deambulando sobre más de mil páginas. Ella se llamaba Caris y aunque su historia ocurre sobre el año 1340 en un condado ingles su personalidad es la misma. La imagino en este momento con unas calzas de lana de vellón hasta medio muslo y atadas a una especie de cinturón interior. Sobre ellas directamente una falda de tela gorda hasta casi los pies, coronada por otra falda también de lana pero esta muy fina y de un rojo o verde con mucho brillo. Sin más ropa interior, (bragas) ya que en aquella época y casi hasta principios del siglo XX apenas se usaban y una camisa o blusa pillada con la falda y siempre debajo de otra prenda, ya que la camisa se consideraba ropa íntima. Imagino su rostro, sus andares, su genio, su ternura, sus facciones…

Me noto cansado pero otra vez se ha desvanecido el sueño. Busco las zapatillas a tientas y me levanto, encaminándome hacia la cocina. Acciono el interruptor y veo que se ha fundido otra puñetera bombilla.
- Joder, no gano para bombillas.- Hablo para mí en voz alta. Últimamente lo hago a menudo. La verdad es que de siempre he sido así, pero creo que ahora más… Serán los años… o la tristeza… o ambas a la vez… que se yo. Me sirvo un vaso de agua fría de la nevera y veo la lista de las cosas pendientes para mañana. Me habría gustado ver en ese momento algo parecido a "ir con mi churri a…" pero lo más parecido que leo es "ir a Lidl a por leche". Miro el reloj de la cocina. 5,45h. Ya falta menos… me digo a mi mismo, pero esta vez sin abrir la boca.

Vuelvo al dormitorio. Noto como las burbujas me arrastran otra vez al fondo… Pero ahora ya no me apetece escapar... Debo intentar dormir.

miércoles, 2 de julio de 2008

Las nuevas Sexual Dolls

¿Pueden soñar los androides con ovejas eléctricas? ¿Puede un androide enamorarse de un humano?, y un humano, ¿puede enamorarse de un androide?

Muchos recordarán el film Blade Runner donde una androide, protagonizada por Daryl Ana es creada como muñeca de placer al más estilo “in” que gasta la cultura nipona en estos tiempos. Mientras oigo de fondo un tema Brainbug no puedo evitar ver a Pris, (el nombre de la replicante), atravesando una calle en el barrio de Shinjuku en el corazón más occidentalizado de Tokio, llena de adolescentes donde los pelos de colores, medias rotas para ellas y vaqueros desgajados para ellos son la tónica habitual.

El aspecto de Pris con los ojos completamente negros no destacaría de la fauna más anderground que desde hace años exportan las últimas generaciones niponas. Pircing, tatoos, extensiones y demás extravagancias y la última moda; la inmensa proliferación de los sitios “enjo-kosai”, lugares de encuentros sexuales, hacen que las Dollie, Dollfie, Pinky, Pullip, Blythe y demás muñecas realistas, además de las de última generación, las sexual dolls se vean y comercialicen como algo totalmente natural. Mientras esta revolución ¿sexual? ocurre, Japón aumenta el porcentaje de adolescentes que se quita la vida y es el único país dentro de los 7 grandes que desde 1993, supera año tras año las cifras de infectados por SIDA cuando todos los demás ven reducido este dato.

El último salto ha sido el dado por la empresa Orient Industry. Muñecas de aspecto real, medidas perfectas, manicura francesa, pelo natural suave y firme, de unos 35Kg y 1,63cm, todas con talla 34 para que los más voyeur puedan incluso ir a tiendas y comprar ropa, con esqueleto metálico (similar al de la mujer humana), y tacto de piel casi real de silicona. Al realizar la compra por Internet hay un amplio catálogo donde se puede escoger entre un rostro intelectual como el de “Mao”, con gafas de pasta oscuras o “Lisa” de aspecto occidental y “Ran” con pelo negro y corto, muy fashion ella.

Llegan a casa embaladas discretamente en una caja en forma de ataud y con servicio de post venta ya que una vez muerto el propietario, la empresa se compromete a recoger la muñeca, realizar un seudo funeral y en caso requerido a enterrarla junto a su dueño, (sin comentarios)…

Los Estados Unidos no se han quedado atrás en este incipiente mercado y la empresa Real Doll ya ha sacado sus “chicas” sin el aspecto aniñado e ingenuo del país del sol naciente. Como se podría imaginar no falta el sombrero de cowboy y las botas altas en una de sus muñecas, Jenny rubia y de ojos claros. Tampoco falta su vertiente latina, algo más bajita y llamada Stephanie de cabello entre castaño y rojo, con medias negras altas, zapatos de tacón, top y tanga de cuero y mirada prepotente. En este tema los americanos también han visto el negocio del otro sexo y han sacado a Charlie, el “muñeco” masculino con tabla de lavar incluida…

Mercadoll es otra empresa que apuesta por reproducir el rostro y cuerpo de famosas actrices pornos occidentales, con la posibilidad de poder elegir a la carta entre ciertos aspectos como el tono y tacto de piel, color de pelo, ojos y el vestuario de policía, sirvienta, colegiala, enfermera, camarera, etc.

El mercado parece no agotarse aquí y apuesta a una superación para un futuro que implica “un androide sexual de carácter femenino capaz de responder a estímulos sensoriales, de imitar una respiración agitada, de mover la pelvis por control remoto, de aumentar su temperatura corporal durante el acto y de mantener los pies fríos, igual que una mujer real", según afirmó el ingeniero alemán Michael Arriman que prepara el lanzamiento de la misma. En tanto, en su catálogo online pueden verse los modelos “Meg”, “Rei”, “Mika” y “Alice” entre otras con un visible aspecto aniñado, con lencería erótica y en poses sugerentes tal cual portadas de películas porno.

Este mundo el de las sexual dolls no ha pasado desapercibido ni tan siquiera en el festival de cine de Cannes donde la película “Lars y una mujer de verdad” se ha llevado el premio al mejor guión original. Una película, esta, simpática, cariñosa y entrañable que tiene como eje central un buen chico tímido y apocado que se enamora de Bianca, una muñeca comprada en Internet…