Miro hacia abajo y solo puedo ver un sin fin de burbujas de aire que me rodean y me atrapan. La luz antes verde va palideciendo hasta ser blanca. Suelto todo el peso de mi cinturón al mismo tiempo que doy dos fuertes patadas en dirección a la superficie. El torbellino de agua me golpea contra si mismo y me empuja hacia abajo. Noto como mi estomago cruje debido a las ondas subsónicas del movimiento de tierra que esta sucediendo bajo mis pies. Aprieto los dientes aferrando con todas mis fuerzas el respirador; si lo pierdo todo habrá acabado. En un golpe debido a la fuerza centrifuga del remolino escapo de su poder. Tengo que alejarme rápidamente o volveré a quedar enganchado. Consigo alejarme unos metros y ya veo la superficie, pero justo entonces noto como algo me frena y tira de mí hacia abajo. No quiero mirar atrás…
Con un brusco movimiento levanto mi cabeza de la almohada. Aún es de noche. El display rojo del reloj de la mesilla muestra las 5,30 horas. Estoy sudando. Solo se escucha el silencio. Por fin había conseguido dormir después de pasar tantas horas en vela y ahora una maldita pesadilla me saca de mi fase REM.
Creo que voy a tener que cambiar el libro que tengo entre manos y que devoro todas las noches antes de acostarme desde hace una semana. Por si tengo pocas cosas en que pensar ya solo me falta ser un personaje más y reescribir la novela. Aunque en el libro anterior casi fue peor. Vi un reflejo exacto de la mujer que intento olvidar desde hace meses, deambulando sobre más de mil páginas. Ella se llamaba Caris y aunque su historia ocurre sobre el año 1340 en un condado ingles su personalidad es la misma. La imagino en este momento con unas calzas de lana de vellón hasta medio muslo y atadas a una especie de cinturón interior. Sobre ellas directamente una falda de tela gorda hasta casi los pies, coronada por otra falda también de lana pero esta muy fina y de un rojo o verde con mucho brillo. Sin más ropa interior, (bragas) ya que en aquella época y casi hasta principios del siglo XX apenas se usaban y una camisa o blusa pillada con la falda y siempre debajo de otra prenda, ya que la camisa se consideraba ropa íntima. Imagino su rostro, sus andares, su genio, su ternura, sus facciones…
Me noto cansado pero otra vez se ha desvanecido el sueño. Busco las zapatillas a tientas y me levanto, encaminándome hacia la cocina. Acciono el interruptor y veo que se ha fundido otra puñetera bombilla.
- Joder, no gano para bombillas.- Hablo para mí en voz alta. Últimamente lo hago a menudo. La verdad es que de siempre he sido así, pero creo que ahora más… Serán los años… o la tristeza… o ambas a la vez… que se yo. Me sirvo un vaso de agua fría de la nevera y veo la lista de las cosas pendientes para mañana. Me habría gustado ver en ese momento algo parecido a "ir con mi churri a…" pero lo más parecido que leo es "ir a Lidl a por leche". Miro el reloj de la cocina. 5,45h. Ya falta menos… me digo a mi mismo, pero esta vez sin abrir la boca.
Vuelvo al dormitorio. Noto como las burbujas me arrastran otra vez al fondo… Pero ahora ya no me apetece escapar... Debo intentar dormir.
Con un brusco movimiento levanto mi cabeza de la almohada. Aún es de noche. El display rojo del reloj de la mesilla muestra las 5,30 horas. Estoy sudando. Solo se escucha el silencio. Por fin había conseguido dormir después de pasar tantas horas en vela y ahora una maldita pesadilla me saca de mi fase REM.
Creo que voy a tener que cambiar el libro que tengo entre manos y que devoro todas las noches antes de acostarme desde hace una semana. Por si tengo pocas cosas en que pensar ya solo me falta ser un personaje más y reescribir la novela. Aunque en el libro anterior casi fue peor. Vi un reflejo exacto de la mujer que intento olvidar desde hace meses, deambulando sobre más de mil páginas. Ella se llamaba Caris y aunque su historia ocurre sobre el año 1340 en un condado ingles su personalidad es la misma. La imagino en este momento con unas calzas de lana de vellón hasta medio muslo y atadas a una especie de cinturón interior. Sobre ellas directamente una falda de tela gorda hasta casi los pies, coronada por otra falda también de lana pero esta muy fina y de un rojo o verde con mucho brillo. Sin más ropa interior, (bragas) ya que en aquella época y casi hasta principios del siglo XX apenas se usaban y una camisa o blusa pillada con la falda y siempre debajo de otra prenda, ya que la camisa se consideraba ropa íntima. Imagino su rostro, sus andares, su genio, su ternura, sus facciones…
Me noto cansado pero otra vez se ha desvanecido el sueño. Busco las zapatillas a tientas y me levanto, encaminándome hacia la cocina. Acciono el interruptor y veo que se ha fundido otra puñetera bombilla.
- Joder, no gano para bombillas.- Hablo para mí en voz alta. Últimamente lo hago a menudo. La verdad es que de siempre he sido así, pero creo que ahora más… Serán los años… o la tristeza… o ambas a la vez… que se yo. Me sirvo un vaso de agua fría de la nevera y veo la lista de las cosas pendientes para mañana. Me habría gustado ver en ese momento algo parecido a "ir con mi churri a…" pero lo más parecido que leo es "ir a Lidl a por leche". Miro el reloj de la cocina. 5,45h. Ya falta menos… me digo a mi mismo, pero esta vez sin abrir la boca.
Vuelvo al dormitorio. Noto como las burbujas me arrastran otra vez al fondo… Pero ahora ya no me apetece escapar... Debo intentar dormir.